Cherry Musk — Ramon Monegal

Una explosión almizclada de sensualidad y cerezas en flor

Cherry Musk de Ramon Monegal es una fragancia que encapsula la efervescencia de la primavera y la provocación de una tentación irresistible. Inspirada en el deslumbrante espectáculo natural del valle del Jerte durante la floración de los cerezos, esta composición despierta todos los sentidos con un aura sexy, juguetona y absolutamente magnética. Con su estructura almizclada-frutal-floral, este perfume se despliega como una caricia entre la inocencia del primer amor y el descaro de una provocación sutil. Lanzada en 2011, esta creación de Ramon Monegal, perfumista y narrador de emociones olfativas, es un homenaje a la fruta del deseo: la cereza, bañada en almizcles blancos y envuelta en una nube floral adictiva.

Familia olfativa: Almizclada – Frutal – Floral
Notas de salida: Acorde de cereza, fresa, casis
Notas de corazón: Rosa, jazmín
Notas de fondo: Almizcle blanco, musgo de encina, muscenone
Perfumista: Ramon Monegal
Año de lanzamiento: 2011

Un viaje olfativo que florece en capas

Cherry Musk no se limita a perfumar; cuenta una historia. Desde sus primeras notas, revela una intensidad juguetona que evoca la frescura de la primavera en su máximo esplendor. El acorde de cereza, jugosa y seductora, da paso a una danza chispeante de frutas rojas, mientras la rosa y el jazmín florecen en un corazón floral cargado de femineidad, sin perder nunca su carácter provocativo. El fondo, suave y envolvente, deja que el almizcle blanco y el musgo se fundan con la piel como una segunda naturaleza. Una fragancia pensada para quienes viven el deseo sin reservas.

El arte olfativo de Ramon Monegal

Ramon Monegal es sinónimo de autoría olfativa con firma propia. Heredero de una tradición perfumista con raíces profundas en Barcelona, Monegal ha sabido traspasar los límites del perfume clásico con propuestas que exploran lo emocional y lo artístico. Cherry Musk nace de una interpretación libre de la belleza efímera de los cerezos en flor, y de la tentación de capturar esa estampa en forma de perfume. Es una obra que combina el instinto sensual con la elegancia compositiva, con ingredientes de alta calidad y una arquitectura olfativa impecable.

Notas de salida: Cereza jugosa, fresa dulce y casis chispeante

El inicio de Cherry Musk es como un beso robado en medio de un campo en flor: el acorde de cereza domina con su dulzura sensual, acompañado por el brillo de la fresa y un matiz ácido y frutal del casis. Es una salida vivaz, descarada y llena de frescura, que invita a sumergirse en una experiencia golosa, sin caer nunca en la vulgaridad. Todo aquí es guiño, picardía y encanto.

Notas de corazón: Flores voluptuosas con alma de deseo

En el corazón de la fragancia, la rosa despliega su lado más romántico mientras el jazmín aporta un matiz voluptuoso y luminoso. Esta combinación floral se equilibra con maestría, revelando la tensión entre la inocencia y la sensualidad. Es en este punto donde la composición adquiere profundidad emocional, haciendo eco de los sentimientos que despierta la contemplación de un paisaje sublime.

Notas de fondo: Almizcle blanco, musgo de encina y muscenone adictivo

El secado de Cherry Musk es pura adicción. El almizcle blanco actúa como un velo envolvente, mientras que el musgo de encina introduce un contrapunto terroso, casi animal. El muscenone —un almizcle moderno y radiante— se funde con la piel, dejando una estela nítida, cálida y persistentemente seductora. Es aquí donde la fragancia se hace piel, se hace memoria, se hace deseo.

Versatilidad para espíritus libres y seductores

Cherry Musk es una fragancia que desafía las normas. Aunque almizclada y floral, posee una jugosidad frutal que la hace apta para cualquier estación y momento del día. Funciona tan bien como sello personal diario como en citas especiales donde se busca dejar una huella olfativa irresistible. Su carácter unisex amplifica su versatilidad: tanto en piel femenina como masculina, se adapta con carisma y elegancia.

Una oda contemporánea al cerezo en flor

Cherry Musk refleja el instante perfecto en el que la naturaleza se vuelve poesía: la flor del cerezo como símbolo de deseo, belleza efímera y renacimiento. Esta fragancia captura esa emoción en un frasco, interpretada con la maestría de un perfumista que conoce el lenguaje del alma. Es una invitación a sentir, a seducir, a jugar. Un perfume que no se lleva, se vive.